Los forrajes son alimentos imprescindibles para los rumiantes puesto que proporcionan la fibra necesaria para mantener el normal funcionamiento del rumen y la salud de los animales. La calidad o el valor nutritivo de un forraje se define como la capacidad para cubrir las necesidades nutritivas y, por tanto, en animales en producción para lograr que presenten un elevado rendimiento productivo, como en producción de leche.
Según destaca la cooperativa Agropal, la alfalfa es una leguminosa forrajera que se utiliza fundamentalmente para aportar proteína de alta calidad, macronutrientes, microminerales y vitaminas de forma natural en la ración del ganado. Además, es una fuente importante de fibra efectiva muy necesaria para animales rumiantes.
La deshidratación de la alfalfa se lleva a cabo por secado rápido a altas temperaturas, es el proceso de conservación que provoca menos pérdidas nutritivas al reducir las pérdidas por respiración entre la siega y la muerte de la planta. La deshidratación, además de reducir las pérdidas de valor nutritivo, mejora la calidad higiénica, consecuencia de una menor contaminación microbiana, lo que supone una mayor seguridad en la futura conservación.
Ventajas del uso de alfalfa deshidratada – Agropal
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